jueves, 28 de noviembre de 2013

La abstención electoral y la asamblea constituyente


La nueva mayoría es la abstención. Más del 50% del padrón electoral no acudió a las urnas en las elecciones municipal y presidencial. Considerando el total del padrón la suma de votos de la Nueva Mayoría y la Alianza alcanza al 35%. Es decir, no votan por ninguna de las dos coaliciones el 65% de los habilitados para votar. Ambas coaliciones, que políticamente todo lo controlan, apenas convocan a más de un tercio de los votantes.


Considerando el universo electoral Michelle Bachelet obtuvo el 22% de los votos. Sin duda queda planteada la legitimidad de las autoridades elegidas. Más aun si se prevé disminución de la participación en segunda vuelta.
En verdad, una presidenta electa con menos del 25% de los habilitados para votar es una severa derrota del sistema político basado en el binominal.
La segunda evidencia es que los cambios constitucionales no son viables vía Congreso. Ha quedado descartada la vía institucional. Los 72 parlamentarios que podría sumar la Nueva Mayoría + los independientes no es suficiente para modificar las exigencias de los  quórum supermayoritarios. Imposible llegar a los dos tercios exigidos para el cambio de la Constitución.
¿Y ahora qué?
Única opción es generar la unidad social y política del bloque por los cambios. Sólo una correlación de fuerzas favorables puede forzar una salida distinta a entrabar en el Congreso la demanda de una Nueva Constitución. En particular, si el proceso de legitimación es una Asamblea Constituyente que da lugar a una dinámica ciudadana de participación, deliberación y politización.
En el bloque por los cambio convergen todos los organizados para generar al sujeto político que impulsará las demandas instaladas por la ciudadanía. No son suficientes los partidos políticos y los movimientos sociales por separado. La unidad en la acción es la clave para avanzar hacia una correlación de fuerzas que imponga las soluciones que la los cerrojos institucionales impiden.
En la lógica de sumar saludamos que Marcos Enríquez-Ominami declare que en la segunda vuelta “mi candidata es la Asamblea Constituyente”. La AC es la gran demanda transversal que puede agrupar al 28% que acudió a votar y no marcó Bachelet o Matthei. O también al 65% del padrón electoral que no voto por ninguna de las dos coaliciones en primera vuelta.
Vecinos del Litoral convocamos por este medio a organizarnos para impulsar una Nueva Constitución vía AC. En marzo 2014 se inicia un nuevo ciclo en el que todos podemos aportar.

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